"no necesitas caerle bien a el, necesitas caerte bien a ti. Y te dire otra cosa, a mi me gustas"
Stewie a Brian, después de que Quagmire le rechace.
En una cafetería, 4 en una mesa redonda, de cristal y patas terminadas en manos.
Un lugar a todo lujo. Y esperan su consumición, batido, zumo, y dos cervezas. Mientras comentan lo larga que fue la noche anterior. Y contemplan el largo paisaje, Una extensa cantidad de verde, llena de las ruinas de la devastación.
En el horizonte se ven las pocas casas de las familias mas cercanas.
Ya terminando sus bebidas, comentan que los caracoles no alcanzan a ver por encima de la hierba.
Vuelve a oscurecer y les queda un largo camino hasta su casa. Empiezan a encenderse las primeras luces, y aun no llegaron a la alameda que los dejara en casa.
No debieron pedir esa tapa de ese pequeño manjar. blanco, pequeño y dulce, sabroso tanto solo como quemado. Ahora ya están llegando, pero seguramente ese último capricho les origine algún problema, con los que mandan en casa. Que no aceptan demasiado bien llegar tarde fuera de los días de fiesta.
Llegaron, se separaron. Y sin cenar nada porque ya era demasiado tarde, se, fueron a sus habitaciones.
Los que bebieron la cerveza se fueron a su habitación, se abrazaron, se besaron, se querían pero nadie podía saberlo. El resto no lo aceptarían, porque la sociedad no esta abierta a estas cosas. Quizá, si la gente no fueran tan falsa y cerrada, quizá una sociedad que permita la libertad y la sinceridad.
Pero se queda todo en sueños, sueños de una pareja que solo quiere amarse.
El consumidor de Zumo, se dispuso a leer un libro sobre leyendas del pasado. Historias de grandes seres que poseían edificios capaces de llegar al cielo, y de moverse a grandes velocidades. Pero también plagadas de destrucción y de guerras. Leyendas de un mundo que el creía inventado.
Seres egoístas egocéntricos y que perdieran toda su capacidad de cooperar sin obtener ningún fin. Pensar que eso pudiera ser real le estremeció. Cerro el libro y se puso a dormir.
Uno, no tenia ganas de dormir, y cogió su poderosa espada de madera creada del árbol que albergaba los dos grandes secretos rojos, Un regalo de su abuelo. Pero ahora ya sabia donde se encontraba el tesoro, y programaba irse. Coger el regalo que consiguiera de su abuelo, fortalecerse con un escudo de los que la Alameda provee y partir a cumplir el sueño que desde su infancia estaba latente en lo mas intimo de su ventrículo.
Y así, La sociedad se puso a descansar y El soñador se despertó de un mundo en que las hormigas, eran su cuerpo su conciencia y poseedoras de la tierra, manteniendo su tamaño, pero extendiendo su poder y dueños de un nuevo mundo.
Las hormigas.
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Siempre alguien se dará por aludido, mejor un mundo de Hormigas. Que este mundo de Ratas, Víboras y Buitres.
Un saludo y gracias por los coments