lunes, diciembre 09, 2013

Invictus

William Ernest Henley

Out of the night that covers me,
Black as the pit from pole to pole,
I thank whatever gods may be
For my unconquerable soul.

In the fell clutch of circumstance
I have not winced nor cried aloud.
Under the bludgeonings of chance
My head is bloody, but unbowed.

Beyond this place of wrath and tears
Looms but the Horror of the shade,
And yet the menace of the years
Finds and shall find me unafraid.

It matters not how strait the gate,
How charged with punishments the scroll,
I am the master of my fate:
I am the captain of my soul.


Traducción:

Más allá de la noche que me envuelve,
negra como el abismo insondable,
agradezco a los dioses que pudieran existir
por mi alma inquebrantable.

En las azarosas garras de la circunstancia
no me he lamentado ni he llorado.
Bajo los golpes del destino
mi cabeza esta ensangrentada, pero erguida.

Más allá de este lugar de ira y lágrimas
yace el Horror de la sombra,
y sin embargo la amenaza de los años
me encuentra y me encontrará sin miedo.

No importa cuán estrecha sea la puerta,
cuan cargada de castigos la sentencia,
soy el amo de mi destino:
soy el capitán de mi alma.


Aprovecho para ponerlo, después de ver "invictus" y del triste fallecimiento de Nelson Mandela.

Así lo tendré siempre presente


jueves, diciembre 05, 2013

La rebelión de atlas

Posición 11743.

-El hombre que se desprecia a si mismo trata de incrementar su propia estima en aventuras sexuales. Lo que resulta equivocado, porque el sexo no es causa sino efecto y expresión del sentido que cada cual tiene de su propio valor.
- Explíquese
- ¿No se le ha ocurrido nunca que se trata de lo mismo? Aquellos que piensan que la riqueza procede de los recursos materiales y esta desprovista de raíz o significado intelectual, son los mismo que creen, por idéntica razón, que el sexo es una condición física capaz de funcionar independientemente de nuestro espíritu, de nuestras inclinaciones y de nuestro código de valores. Suponen que el cuerpo crea un deseo y efectúa una elección mas o menos como si el mineral de hierro se transformara en rieles por propia voluntad.
El amor es ciego, dicen; "el sexo nada tiene que ver con la razón y se burla del poder de los filósofos". Sin embargo, la elección sexual de un hombre es suma y resultado de sus convicciones fundamentales. Dígame lo que un hombre encuentra atractivo desde un punto de vista sexual y le revelare toda su filosofía de la vida. Muéstreme a la mujer con la que duerme y deduciré su evaluación de si mismo. No importa lo que le hayan dicho acerca de la virtud del renunciamiento, el sexo es el acto mas egoísta de todos; un acto que no puede realizarse por motivo alguno, aparte del propio placer. Intente pensar en el mismo dentro de un espíritu de abnegación y caridad. Se trata de algo que no puede efectuarse en actitud de abatimiento, sino de exaltación del propio ser; solo dentro de la confianza de sentirse deseado y de ser digno de tal deseo. Es un acto que le obliga a mostrarse con el espíritu desnudo, igual que el cuerpo, a aceptar el verdadero ego y la propia escala de valores.
Uno siempre se sentirá atraído hacia la mujer que refleje la mas profunda visión de si mismo; la mujer cuya sumisión le permita experimentar o fingir un sentimiento de estima propia. Quien se sienta orgullosamente seguro de su propio valor deseara a la mujer de carácter mas elevado que pueda hallar; a la mujer que admira; a las mas fuerte y difícil de conquistar, porque solo la posesión de una heroína le dará un sentido de plenitud muy distinto a la posesión de una mujerzuela sin cerebro.
No busca [...] conseguir un valor, sino expresarlo. No existe conflicto entre su mente y los deseos de su cuerpo. Pero el hombre convencido de su inutilidad se arrastrará hacia una mujer a quien desprecia, porque esta refleja su propio ser secretor y libre de esa realidad objetiva en la que es un fraude; le presta la momentánea ilusión de su propio valor y un momentáneo escape al código moral que lo condena. Observe el horrible conflicto que muchos hombres provocan en su vida sexual y observe también la maraña de contradicciones que esgrimen como filosofía moral; una cosa procede de otra. El amor es expresión de nuestros mas altos valores y no puede ser otra cosa. Si un hombre corrompe estos valores y su visión de la existencia, si declara que el amor no es goce personal sino abnegación, que la virtud consiste no en el orgullo, sino en la piedad, el dolor, la debilidad o el sacrificio, que el mas noble amor no nace de la abnegación, ni de la caridad, no surge en respuesta a valores, sino en respuesta a defectos, y se habrá cortado en dos a dicho hombre. Su cuerpo no le obedecerá, no responderá; le hará impotente hacia el mujer a la que dice amar y le impulsara hacia el mas bajo tipo de prostituta que pueda encontrar. Su cuerpo seguirá siempre la lógica postrera de sus mas profundas convicciones; creer que los defectos son valores, habrá condenado su existencia como malvada y solo el mal le atraerá. Se habrá condenado a si mismo y sentirá que la depravación es lo único de que puede disfrutar. Ha igualado la virtud al dolor y creerá que el vicio es el único reino del placer. Luego gritara que su cuerpo experimenta deseos incapaces de ser dominados, que el sexo es pecado, que el amor verdadero es una pura emoción del espíritu y se asombrara porque el amor le proporcione aburrimiento y el sexo nada mas que vergüenza.

Francisco D'Anconia
La rebelión de atlas de Ayn Rand