martes, abril 17, 2012

La isla

Una enorme montaña encumbrada por hielo, playa en las laderas y bosques alrededor. Una isla en un mar.
Una isla abandonada donde, barcas solitarias o náufragos llegan. Pero solitaria.
La isla te puede acoger, puedes sobrevivir a sus peligros, puedes llorar, reír y alimentarte de la isla. Los mas atrevidos llegan a acercarse a la montaña, llegan a cruzar el río de lava que rodea el montón de rocas. Y del otro lado descubren una nueva forma de ver la isla.


En lo mas profundo de la isla entre el bosque y mas allá del ardiente río, se encuentran los lugares donde los sentimientos de la isla salen a la luz. Donde los solitarios visitantes se enfrentan a sobrevivir a días de dura lluvia, a soles de duro calor, o a cálidas brisas entre suave olor a carballo. Y el clima es tan inesperado como jugar al poker con gente con parálisis facial total, nunca sabes que te puede deparar. 


Y es en esta isla donde suceden los milagros mas raros y las situaciones mas inexplicables de la vida. Una isla con una bandera en la colina, de la persona que alberga la cumbre, la persona que domina la isla desde tiempo inmemoriales. Y aun con la cumbre en su poder no tiene el control de la isla. Ni tampoco se encuentra completamente sola, cada cierto tiempo y por periodos de tiempo muy relativos siempre llega alguien para hacerle compañía. 


También siempre, desde la creación de la isla, existen ciertos habitantes, lugareños que vivieron como la isla fue sufriendo el paso del tiempo, incluso el abandono, por parte de esos que llevan desde el comienzo.


Y cada día, y como las mareas, llegan nuevos náufragos, mas habitantes. Llegan a la playa, ponen un pie en la playa y la marea los mantiene dentro y fuera. Muchos de estos náufragos deciden huir en lugar de explorar. 
Pero la isla también decide que habitantes quiere. 
Personas indescriptibles, ángeles y demonios habitan o habitaron y sobreviven en el paraíso infernal que muestra la isla. 


Una isla donde el mayor calor lo da una sonrisa, antes que un pedernal. Y la supervivencia depende de la sinceridad y no de la afilada espada. 


Pero... la isla no siempre cumple las mismas normas, y algunos logran abandonar la soledad. Incluso llegan a organizar visitas guiadas por la isla, visitas que la isla consiente aunque la destruye. Visitas de gente que solo la destruye y porta "artotecas" y dejan fantasmas. Y así la isla pasa unas tenebrosas noches. Pero las pesadillas son solo parte del encanto, del paraíso de fuego y hielo.




Y sin mas preámbulo la Shutter island no es mas que el Corazón de alguien que vaga por un mar llamado sociedad.


Y cada uno que imagine su propia isla.

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