martes, agosto 21, 2012

El espadachin de la palabra II

Protecciones, Porque ser un espadachín de la palabra no es tan fácil y hay que estar preparado.

La elección.
Existen, portadores de una incomoda, lenta y pesada armadura de placas. o los que llevan una protección mas liviana, una que permita mas libertad de movimiento, como podría ser una armadura de cuero tachonado.

Todos llevamos minimo un cuero entre nosotros y el mundo, aunque no lo notemos.
Esa segunda piel nos hace inmune a ciertas cosas. Pero como todo, la habilidad de cada uno influye en la capacidad defensiva del caparazon que porta.



Alguien muy torpe en reflejos y con escasa velocidad (en este caso mental) sufrira mucho con una fina pero flexible armadura de cuero. Y cuando quiera reaccionar ya estará hecho pedacitos, y todas sus opciones estarán vertiéndose por el suelo como mantequilla puesta al sol.

Mientras que alguien con una armadura de placas que tenga mucha agilidad, presteza y reflejos, se dara cuenta que esta desaprovechándose, que sin darse cuenta esta recibiendo muchos mas golpes de los que debería, si llega a darse cuenta que esa falta de velocidad es por la armadura y no por su culpa la frustración, llega a ser peor.
No es fácil salir de un armazón.
Con esta armadura de peso desmesurado, llega el momento en el que te desarman y pierdes toda opción de replica. Ese momento en el que tu espada esta muy lejos de tus manos, el puñal del ultimo recurso esta clavado en un árbol. Es ahi, con el escudo roto. Donde tu rival se da cuenta que te falta el Gorjal, y es justo en la garganta donde termina una batalla dialéctica. de donde salen las palabras es el lugar donde deben terminar. Cerrando un ciclo.




Con el fin de ciclo acaba el segundo capitulo. Saber distinguir la armadura y elegir la optima para cada momento.

2 comentarios:

  1. Anónimo1:40 a. m.

    Muy buenas entradas señorito ;)

    Creo que el principal problema radica en que a veces parece que no somos realmente conscientes de con quién nos quitamos nuestra preciada armadura. Simplemente porque con esa persona nos sintamos verdaderamente cómodos no significa que merezca nuestra total confianza, el enemigo a veces se esconde donde menos se sospecha… Puede que hoy tengamos un “amigo del alma” al que le contemos nuestros secretos más íntimos, y que el día de mañana aún quiera utilizarlos en tu contra…

    Personalmente soy bastante desconfiada en general, sin embargo hay personas en las que soy consciente de que quizás me abro demasiado, y confío en exceso (parece que no tengo término medio xD)… Como bien dices, hay que saber escoger la armadura para cada momento…

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    1. lo peor esq normalmente hasta que no te apuñalan no sueles saber la armadura que debes ponerte, y a veces es demasiado tarde y te das cuenta cuando el puñal ya traspaso todas las capas del cuerpo desde el pecho hasta la espalda. Y ahi... ya es demasiado tarde.

      gracias por la lectura y la opinión :)

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